¡Nos están desplumando como a pollos;
sacudiéndonos candela de la buena;
ajenos son a toda cuita ajena,
atentos como están sólo a sus chollos!
Se creen que nos engañan con sus rollos
cuando estamos seguros de que llena,
¡reventona de toda cosa buena!,
tienen panza ¡y cartera! los pimpollos.
Y es que arramblan con todo, los figuras;
con todo lo que se pone a su alcance,
¡sus caras, infinitas son de duras!
Viviendo a pleno tren de desmesuras,
a todos nos han puesto en este trance.
Alma creo que no tienen, si me apuras.
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