Concebido hemos ogros indignos,
insensatos, torpes y comodones,
a los que nutrimos con subvenciones
y son, como enemigo, muy malignos.
Cuando a despuntar empiezan signos
de rigor en las administraciones,
y comienzan a verse en ocasiones
hábitos y prácticas ¡por fin! dignos,
y cuando Europa nos mira, dogal
en mano, atenta en todo a nuestra ruta,
resurgen los callados como puta
y, muy contra el interés nacional,
deciden, usurpando la batuta,
convocar una huelga general.
Pues, Marianico, consejo te doy:
¡fuera las subvenciones desde hoy!
No hay comentarios:
Publicar un comentario