A UN MINISTRO QUE YA NO ES

Palpitaban los últimos latidos:

doscientos inocentes en las vías.

Entonces se afanaban las arpías,

apenas callados los estallidos:

mensajes que sonaban a alaridos

en el más desdichado de los días,

la más atroz de las carnicerías,

“¡Pásalo!”, urgían los malnacidos.

Los años sí han pasado perezosos

y el tiempo dejando ha ido caer

sus posos sobre tan indigno ayer;

mas no han sido bastante tales posos

para impedir en rubor encender

cada rayo de cada atardecer.

ELOGIO A LA PRENSA

La verdad, estamos a su merced:

nos dicen lo que quieren sin sonrojo,

nos tratan y manejan a su antojo;

somos simples factores en su red,

meros siervos de su siniestra sed.

Y no sienten reparo ni congojo:

nos usan tal que a putas por rastrojo,

como a sombras en ninguna pared:

lo que en "El País" es blanco, blanco,

muy negro lo tildan los de "El Mundo",

y alguno habrá que afirmará rotundo

que ni es blanco ni negro, sino manco.

El pueblo, entretanto: errabundo

y sin información, como con Franco.

JUEZ SOBERBIO

Aquel juez a quien yo tuve en tanto

y admiré un antaño ya lejano

acaba de perder su mano a mano

y encauzándose va a su camposanto.

Tal ruta la inició por desencanto

con un Felipe-fulero-villano,

para quien fue su gran grano en el ano

y al que no enjauló por duro y canto.

Mas, luego, ¡ay, dolor!, este adalid

de lo justo (con escoro a la izquierda)

fuese y mandolo todo a la gran mierda:

de la Justicia no fue más  su Cid

y tornose en patrón de la más cerda

soberbia, de la vanidad más lerda.

Mas, puesto que su sueldo bien cobró,

¡Garzón finito est: sanseacabó!

TRISTE EJEMPLO DE PARTIDO

¡Ay, por Dios, pandilla de caraduras

socialistas que gobernó La Mancha

y, entre pendoneo y manga ancha,

arramblaron con todo, los figuras!

Eso sí: olvidaron las facturas

(¡y de ellas había una avalancha!)

se ve que como especie de revancha

por el fin de su tiempo en las maduras.

Se llevaron teléfonos, jamones,

y dejaron la ducha en un despacho

con baño (¡un baño de pantalones!).

Sin embargo, alfombras sin empacho

por doquier hay tapando los montones

de trampas y abusos de estos ladrones.

¿Para esto era todo ese dinero

que pedimos prestado al extranjero?

LA ERA ZAPATERA

¡Con cuánta alegría y ligereza

trataban de millones, los señores,

y allá se los llevaban con destreza

alegando ser nuestros servidores;

cómo de bien usaban la cabeza

en aquellos cantos cameladores!

Cómo nos desplumaron como a pollos

con sus poses rimbombantes y rollos.

EL NIDO DEL DEL NIDO

Cierto pollo galano y sevillano

se ha afanado sabroso y rico Nido

con unas minutillas que han caído

(¡sin saber cómo!) en su diestra mano.

Sin embargo, a este ciudadano

lo tenemos requeteconocido:

de tanto como sabe, es un sabido;

de tanto como roba, es un gusano.

Lo que no acabamos de entender

es la gran devoción que se le muestra

a pesar de su infame proceder:

tal que a héroe parecen tener

a pollo que sería, por parte nuestra,

enjaular de por vida ¡un placer!

OCTAVA REAL DEL JUEZ SINIESTRO

Baltasar, paladín de la injusticia;

del tiro en nuca, el supervisor;

juez y parte de siniestra estulticia;

juez estrella de rojo resplandor;

triste instructor de la eterna picia;

vividor solapado y trepador;

bribón de suculentas conferencias;

gran maestre de muy ricas docencias.