La verdad, estamos a su merced:
nos dicen lo que quieren sin sonrojo,
nos tratan y manejan a su antojo;
somos simples factores en su red,
meros siervos de su siniestra sed.
Y no sienten reparo ni congojo:
nos usan tal que a putas por rastrojo,
como a sombras en ninguna pared:
lo que en "El País" es blanco, blanco,
muy negro lo tildan los de "El Mundo",
y alguno habrá que afirmará rotundo
que ni es blanco ni negro, sino manco.
El pueblo, entretanto: errabundo
y sin información, como con Franco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario