De una pájara, la tal Amorós,
podrán decir ustedes muchas cosas,
malas unas, las otras espantosas,
¡pero no que no va del euro en pos!
Son su Dios, vicediós y su rediós
esas pelas preciosas y enjundiosas,
sustanciosas monedas, prodigiosas
flores de su divino vaterclós.
Y la CAM, mientras tanto, a la mierda
con esos viejecitos desplumados
y esas familias en la floja cuerda;
pues una cosa te digo: recuerda
que el tiempo pasará y los hados
unirán al Bautista y a esta cerda.
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