Nuestra antigua vicepresidenta,
la señora de la Vega, florida
está y como si recién parida
por su madre de nuevo y tan contenta.
Se ha quitado bastantes más de ochenta
largos lustros de encima, la jodida:
¡ya no hay que salir de estampida!
(salvo cuando a su edad eches la cuenta).
¡Milagro, un milagro se ha obrado
en el cuerpo de la moza, portento
de asombro infinito: en monumento
de presunta belleza y gran agrado
se ha tornado reliquia de convento
mucho más vieja y marchita que el viento!
No hay comentarios:
Publicar un comentario